Se trasmite al pisar ambientes o zonas húmedas con presencia de estos virus, como son las piscinas y duchas de gimnasios. Suele aparecer en momentos con bajas defensas anímicas e inmunitarias del organismo. Es necesario secarse bien los pies, usar su propia toalla y evitar en la medida posible pisar descalzo las zonas encharcadas.
Hay personas que se tratan ellas mismas estas verrugas al haber todo un historial de remedios caseros que han pasado de generación en generación, pero es recomendable la visita al podólogo, que tiene una serie de técnicas específicas para eliminarlas. Los más habituales tratarlas mediante aplicaciones de algún ácido, como el nítrico, o cáusticos, como la Cantaridina, pero también puede tratarse con crioterapia, o incluso mediante una pequeña cirugía.
El eliminar una verruga no asegura no volver a contagiarse una nueva verruga en esa zona si se pisan esas zonas de riesgo, ya que siempre pueden quedar puntos de la anterior no bien eliminadas y todo dependerá del sistema de defensa del organismo, ya que hay estudios que indican que algunos pacientes que han contraído estas verrugas en un momento anímico complicado, han sido capaces de eliminarlas del organismo cuando han superado ese bajo estado anímico o bien han tenido una recuperación anímica destacable, sin necesidad de recibir tratamiento alguno.